POLÍTICAS ENREVERADAS
Al experimentar el transitar
y mapeo de reconocimiento de la región con la particular señal de reconocernos desde
sus bordes como territorio insular asediado por fronteras de límites imaginarios.
La investigación cartografió el mapa geopolítico con la intención de abrir
espacios de formación, gestión, circulación y visibilizacion del estado del
arte del oriente colombo-venezolano dentro de sus prácticas artísticas, dinámicas
e instituciones.Al trazar una serie de rutas,
se abre la posibilidad de potenciar el proceso como una estrategia de apropiación
regional; frente a la ausencia de políticas culturales locales, coherentes con
las necesidades de nuestro exiguo territorio fronterizo.
La activación del Salón
Regional adquiere importancia en la medida que altera la región con visiones críticas
contextuales y la articulación de
gestiones que desbordan los límites naturales del arte, al generar estrategias de
intercambio para vislumbrar una región extendida y el reto de forjar una reseña
textual y visual sobre el estado del arte (balsa) de la región.
Los procesos artísticos
que surgen de sus propios contextos da especial relevancia a la intención
social, política y su incidencia dentro de los mapas que las amparan y
justifican; es obra en la medida en que teje consensos o disensos a través de
la vivencia con el objeto arte y al arriesgar otros escenarios como el espacio
publico; no para “sensibilizar” sino para informar y denunciar fuera de las asepsias
del cubo blanco y revertir las nociones cerradas del arte y apostar por
estrategias para involucrar nuevos públicos.
Temáticas de fuertes
arraigos dentro de las dinámicas regionales: contrabando, violencia, deterioro
de los páramos, mentiras históricas, enfermedades de lesa humanidad… son
elementos trans-nacionales que perforan las fronteras y generan realidades que
complejizan los escenarios de las prácticas artísticas regionales.Pero ¿Es suficiente la
obra de arte y su carga simbólica frente a lo que enuncia? y ¿Qué debe de hacer
el artista mas allá de su malestar político y social?... cuando lo que denuncia,
requiere de otras maneras de enfrentar, polemizar y poner en situación sus
maneras de ver y simbolizar el contexto.
La obra “asbesto: arte,
ciencia y política” de Guillermo Villamizar plantea desde el arte y las prácticas artísticas, una experiencia
multidisciplinaria de doble vía entre ciencia y pensamiento sensible, para
acercarse a entender las complejidades que se desprenden del uso industrial del
asbesto y sus amplias repercusiones en diferentes órdenes sociales; prohibido por
la Organización Mundial de la Salud, se sigue utilizando en Colombia como parte
del desarrollo de la nación, evidenciado en los programas de vivienda de
interés social donde se utilizan tejas onduladas de asbesto-cemento como parte
de este programa del gobierno colombiano. La preocupación del artista por
encontrar herramientas jurídicas, constitucionales e informativas para
adelantar un proyecto que se visibiliza a partir del entorno del arte (Salón Regional),
tiene un fuerte arraigo en la denuncia para esclarecer lo que los círculos del poder
y de la información (los mismos) se han encargado de enturbiar e invisibilizar.
“Identidad escultórica de nuestra verdadera
etnia Motilón Barí” de Jaime Martínez forma parte del reconocimiento del ornato
público en cuyos simulacros se evidencia de la desfachatez del poder y de la
sumisión del artista (por encargo) que miente amparado en las mentiras
gubernamentales sobre la “verdadera” realidad ancestral que ha generado con su
presencia en el terminal de transportes durante 47 años un referente falaz (mamarracho)
del Motilón Barí; el proyecto se propone a través de una encuesta constatar y
argumentar con un trabajo de campo (fotografía, videos, visitas) con las mismas
comunidades Motilón – Barí en sus disputados territorios que documenta el verdadero
genotipo raizal.
47 años han pasado desde que se contrató a un artista para hacer el monumento conocido como el indio del terminal, para rendir homenaje a nuestra raza motilona, con tan mala suerte que recibimos un producto (escultura) que no lleno las expectativas y las buenas intenciones de tan magnífica idea. Escultura que con el pasar de los años se ha convertido en un icono de nuestra raza e identidad motilona, ha servido de inspiración a los hombres de letras y los periódicos locales que han publicado infinidad de títulos de crónicas sobre esa escultura sin detenerse a observar rasgos y características físicas de nuestra etnia motilón Bari, indígenas que aun habitan nuestro territorio. Ser Norte Santandereano, cucuteño, hombre de frontera es todavía un concepto lleno de contradicciones, es odiar lo que somos, es querer ser otros, es soñar que somos otros o querer ser lo que no somos.
47 años han pasado desde que se contrató a un artista para hacer el monumento conocido como el indio del terminal, para rendir homenaje a nuestra raza motilona, con tan mala suerte que recibimos un producto (escultura) que no lleno las expectativas y las buenas intenciones de tan magnífica idea. Escultura que con el pasar de los años se ha convertido en un icono de nuestra raza e identidad motilona, ha servido de inspiración a los hombres de letras y los periódicos locales que han publicado infinidad de títulos de crónicas sobre esa escultura sin detenerse a observar rasgos y características físicas de nuestra etnia motilón Bari, indígenas que aun habitan nuestro territorio. Ser Norte Santandereano, cucuteño, hombre de frontera es todavía un concepto lleno de contradicciones, es odiar lo que somos, es querer ser otros, es soñar que somos otros o querer ser lo que no somos.
El proyecto “Made in
Cúcuta” de Samir Quintero plantea un
problema de orden económico y social como la gasolina que fluye por cantidades
hacia tierras colombianas, a través del contrabando como modo de supervivencia
informal y que genera en sus dinámicas estados alternos (paramilitarismo,
mafias del combustible, policías de frontera corruptos, etc.) donde se
construyen otras “naciones” con sus propias leyes y una convivencia mediada
desde la intimidación que se instauran en el día a día, desde la informalidad,
el acoso intimidatorio y las soluciones privadas.
Freddy Higuera trata de un
tema que ha sido transversal a la historia y arte de la nación, con un
historial mesiánico de 50 años de violencia soterrada como una pandemia que
borre la memoria y ha generado generaciones de personas que son asaltadas por
el fantasma del fratricidio que para muchas personas no llegan a tener ningún
grado de afectación mas que ver a las victimas como números estadísticos que
hablan de los desaparecidos como un problema lejano como si fueran cifras que
se pueden poner o quitar al antojo del poder de turno para “limpiar” ese oscuro
episodio de la violencia.
“Doble vía” de Carlos
Julio Quintero, proyecto basado en la persistencia obsesiva por ejercer una
veeduría de lo que fue su parcela, vivienda y
taller y el desplazamiento de su
padre (Esteban) como el campesino mas viejo (98 años) de la vereda.
A través de sus registros documentales, fotográficos y caminatas evidencia la intransigencia y complicidad de las constructoras viales con fraudulentas posiciones sobre los nacimientos de agua, los desplazamientos de comunidades arraigadas por décadas a la región que los vio nacer.Los contenidos se nutren al abordar herramientas constitucionales y jurídicas como una acción de archivo que desborda el concepto de arte y denuncia el fenómeno del desarrollo dentro de una nación quebrantada por la corrupción gubernamental con temas neurálgicos que amenazan el arraigo por este pedazo de tierra.
A través de sus registros documentales, fotográficos y caminatas evidencia la intransigencia y complicidad de las constructoras viales con fraudulentas posiciones sobre los nacimientos de agua, los desplazamientos de comunidades arraigadas por décadas a la región que los vio nacer.Los contenidos se nutren al abordar herramientas constitucionales y jurídicas como una acción de archivo que desborda el concepto de arte y denuncia el fenómeno del desarrollo dentro de una nación quebrantada por la corrupción gubernamental con temas neurálgicos que amenazan el arraigo por este pedazo de tierra.
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LOS
BOLOS Y SU PESO
En el origen de toda discusión acerca de la identidad regional tan cerca a la frontera colombo-venezolana se debe advertir el acelerado proceso de modernización cultural limitada por los estilos de vida, la migración interna hacia las grandes ciudades, y la ampliación de una “cultura de la pobreza” signada por formas de exclusión social frente a un proceso de colonización acelerado del mundo con la destrucción de valiosas formas de vida; que logra que las prácticas artísticas regionales de pensamiento crítico no puedan ya definirse exclusivamente por su orientación al cambio e inmersión social.
De los 12 cadáveres hallados
hace algunos días en Ureña en Venezuela varios resultaron ser de colombianos: compartimos
hasta los muerto. Los venezolanos consideran que no representan un problema para Colombia, lo
que sí podría suceder con los 5`000. 000
de colombianos que se encuentran en su país; los paliativos del fútbol, de la telenovela o
los reinados de belleza hacen ver que la
frontera es extendida por que extendidos son todos los conflictos que además
son comunes a las dos naciones. Por eso dichos
conflictos, sociales, ambientales,
económicos y culturales se darán cita en el 15 Salón Regional de Artista - Zona
Oriente. El cual ha establecido cuestionamientos respecto al nivel de
importancia que se brinda como evento “oficial del arte” y a la receptividad
que haya podido alcanzar esta curaduría. La apatía, el desazón y el desconocimiento por
lo que significa un salón regional hacían
presagiar poca participación de los artistas; sin embargo vemos que enfrentados
a estos procesos de modernización con dinámicas exógenas, se ha resignificado; para
discernir respecto a dichas transformaciones y proponer su humanización.
El colectivo “Cuatro Cubos Crudos” transitando en la idea de lo “regional” como “identidad” propone para la curaduría del “15 Salón Regional de Artistas - Zona Oriente” diversas estrategias con múltiples connotaciones; no es “el problema de la identidad” es siempre de “las identidades”, porque de este modo, podremos concebir la identidad cultural como una trama de niveles, no siempre concordantes, que generan tensiones y “conflictos… de identidad”.
La curaduría establece pautas más cercanas a la idea de ciudadanía como construcción social al asumirla como voluntad, “como un resorte para la acción”, más que como una forma de contemplación, como unidad de los sujetos consigo mismos, se constituye en procesos de comunicación e integración en lo que no están ausentes tensiones, conflictos y modalidades de dominación; construidas como diferencia con otras.
Desde la tradición se mantiene con una relación crítica, no referida únicamente al pasado, sino también al presente y al futuro como un principio de resistencia frente a lo percibido como amenaza, alteración al orden establecido; la síntesis de distintos elementos culturales amerindios, europeos y africanos. El encuentro entre estos grupos ha producido una “síntesis cultural mestiza” que representa una nueva sensibilidad y actitud ante el mundo.
El pesimismo que concibe una conciencia trágica inmersa en la insuperable frustración del anhelo de una modernidad que no puede realizar, coexiste con una vaga utopía de redención y comunión, un regreso a la “libertad original” y a “la primitiva pureza”. Han cuestionado el mismo concepto de identidad cultural, en primer lugar por suponer precisamente la homogeneidad y estabilidad de la forma de identidad que quieren aprehender el actual creciente proceso de internacionalización de la vida social, resulta progresivamente más fácil percatarse de las similitudes y diferencias que subsisten en las culturas, se podría concebir dicha identidad regional como abigarrada y cambiante, “una identidad heterogénea e internamente conflictiva”, en la cual coexistirían varios ejes y sub-identidades en conflicto que propone la curaduría : Escándalo (moda)-A priori estética), ARTE -¿ARTE?, Propio (mío) - Afuera (tómelo) Archivo Ligero y Galería Sisben.
Los salones regionales se constituyen en un espacio de dialogo regional, sobre el estado de las artes y su relación con el contexto nacional e internacional, generando dinámicas de apropiación y activación de una política de investigación regional.
Dary
Dixie Campo Arias con Trazo
Revuelo conecta en forma visual y táctil la textura sobre planchas
litográficas; esta propuesta artística se
encuentra inscrita en un laboratorio de imagen proyectado desde problemas que
afectan a la identidad y en donde arquitecturas
significativas se interrelacionan con retratos simbólicos.
Jonatan
Maldonado con Prosperidad Para- se inscribe dentro de las
dinámicas del retrato infamante en donde aparece un registro del terror como
pantalla egregia en la figura de un político que oficia actualmente como una
especie de héroe político. El lenguaje de la obra claramente figurativo usa
elementos del panfleto clásico vinculado con la propaganda en clave crítica de
problemas sociales.
María, de todo a 5.000, de Rosa
Delia Duarte surge como una
acción con la comunidad, como encuentro relacional pero se determina también como
obra espacial escultórica a manera de instalación; que se activa para generar un símil comercial muy cercano a lo real; esto es la práctica
comercial del buhonero o del vendedor ambulante en las zonas de frontera, para
este caso se espera que el público participe…como un crítico más, a partir de
la interacción con el contexto de la frontera, reconociendo dichos (refranes) de allá y de acá, formas de
ser y pensar de allá, pero también de acá.
Cierra el artista Cesar Chaparro con Efecto Placebo quien ante la pregunta, ¿Qué busca con esta obra?, responde: - en la región no tenemos museos, no existen políticas culturales , no les interesa el arte, esta obra no es contra los artistas, no hay escuela de arte, no hay salud ni pensión para el artista; es una crítica directa al sistema y a la sociedad, la acción de quemar obras originales de artistas que representan de a la región, busca mostrar que el estado e institucionalidad, sólo ofrece placebos. El performance o acción de hacer desaparecer, da tributo a cada autor y consta en el listado de obras incineradas, el video de la acción y una urna con las cenizas y ”La “15 a Ñera” que acompaña está experiencia, intención de ritual, de fiesta.
“Rigoberto posee una colección personal de grabados, que va renovando. Así pues, cada vez que adquiere un nuevo objeto para su colección debe eliminar otro, en tanto dicha colección debe poseer un número exacto de grabados, en este caso cien. Atendiendo a esta lógica el grabado eliminado es incinerado por el mismo Rigoberto….” Tomado de Los Cuadernos de Don Rigoberto del nobel Mario Vargas Llosa.
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…¿Para qué nos sirve todo el arte de
nuestras obras artísticas, si hemos
perdido ese arte superior que es el arte de las fiestas?...
Friedrich Nietzsche
En
el horizonte del arte contemporáneo de la zona oriente, los artistas y sus prácticas visuales
reacomodan sus propias fronteras, dada las múltiples fuentes de dialogo y conocimiento, las maneras de aprendizaje, la
tecnología, los tránsitos e intercambios sociales y humanos y la experiencia
nutrida por revisiones y acciones en
colectividad desde lo endógeno o
exógeno, lo académico o empírico.
Las formas y modos contextuales que traducen los fenómenos de la cotidianidad en nociones de arte complejas, donde el uso de lo relacional y el alejamiento y movilidad del estatus del arte hacia otros lugares del pensamiento acentuados en lo subjetivo, político, ecológico, sexual, social y lo heterodoxo, han sido trastocados permitiendo reformular aquel aliento discrepante del arte y su ropajes.
Las formas y modos contextuales que traducen los fenómenos de la cotidianidad en nociones de arte complejas, donde el uso de lo relacional y el alejamiento y movilidad del estatus del arte hacia otros lugares del pensamiento acentuados en lo subjetivo, político, ecológico, sexual, social y lo heterodoxo, han sido trastocados permitiendo reformular aquel aliento discrepante del arte y su ropajes.
Las imágenes bifurcadas del panfleto y las
militancias, con la intención de producir contenidos contemporáneos que afecten
y alteren la “curiosidad” del otro con instantes de peligro, con mítines frente
a la cotidianidad; una especie de ablandamiento de las fronteras que socavan la
torre de marfil del creador y su creación, disponiéndolo en duda, en
apariencia, en simulación, en simulacro. Y como dice Bourdieu: "El
problema ya no es desplazar los límites del arte sino poner a prueba los
límites de resistencia del arte dentro del campo social global. Por ello la participación y el trabajo en
comunidad, la negación del autor, el vaivén e incertidumbre del “Todo es
arte/Nada es arte” traduce experiencias sin etiqueta formal, sin pretensión de
circulación en esferas preestablecidas, obras y artistas ampliados y lejanos a
los circuitos de una sociedad del espectáculo y cercanos a una suerte de practica
anarquía descatalogada.
Desde el anterior panorama la investigación curatorial propicio diálogos horizontales como disposición traductora y acompañamiento de las ideas y proyectos de las artes visuales que circulan los territorios de la zona oriente y su frontera. En ese recorrido las preguntas que se propusieron al Estar en Situación encontraron reflexiones desde el juego, el azar, las posibilidades y el humor.
Desde el anterior panorama la investigación curatorial propicio diálogos horizontales como disposición traductora y acompañamiento de las ideas y proyectos de las artes visuales que circulan los territorios de la zona oriente y su frontera. En ese recorrido las preguntas que se propusieron al Estar en Situación encontraron reflexiones desde el juego, el azar, las posibilidades y el humor.
En la obra de Gabriel Castillo denominada Bi-
basket, divertimento y apropiación
del juego del básquet, famoso deporte inventado por James Naismith de origen
canadiense y que contraculturalmente se
hace propio en los contextos de los barrios y comunidades en Colombia como
lugar de participación, de encuentro y recreación colectiva. La descolocación
que propone Castillo es una revisión y reflexión a lo escultórico, a lo útil y a la
monotonía del objeto. Se presenta una nueva variante que hace apertura a dos
posibilidades de acertar, en la búsqueda de un propósito, un juego de doble
sentido, que irónicamente se niega a ser jugado.
La
búsqueda en los vestigios de la memoria y la desaparición de los
lugares, develan la nostalgia del tiempo. Las imágenes fantasmagóricas que se
habitaron y ya no están, emergen al territorio del presente como fotograma del
recuerdo. En la propuesta visual de María
Belén Hernández se siente La presencia
de la ausencia, título de su obra y
reseña gráfica de la desaparición del Gramalote municipio norte santandereano y
lugar de su nacimiento. Desde la instalación de vestigios afectivos, maderas,
escombros y ruinas de lo
desaparecido presenta la incertidumbre
signada y soportada en el icono judeo-cristiano de la cruz, a modo de
reminiscencia, de fe y dolor.
En el proyecto
pictórico de José del Carmen Santamaría
llamado, Asentamientos
Urbanos, los hechos comunitarios, sociales y
políticos son los conectores expresivos para la develación de la imagen y
la forma en su obra, mediante apropiaciones fotográficas, el uso de “tierras”
minerales y otros elementos pictóricos en sus gestos artísticos con tendencia
expresionista. Los altos de Bellavista y otros sectores sociales de la zona
donde se encuentra comunidades sin vivienda, en desplazamiento y pobreza son
los lugares donde la ausencia aparece esta vez, no desde la nostalgia, sino
desde la carencia de políticas de vivienda y tierra del estado colombiano en la
región y especialmente en Floridablanca.
Esta situación y desnivel social
se presenta como arte en el discurso de la pintura.
Desde Solo Paraíso, John Freddy Calderón, explora la obra relacional, el sector del barrio “El Paraíso” es el territorio que propone como lugar de investigación y búsqueda, a modo de expedición botánica en esta ocasión a la caza de orquídeas se reconoce el paisaje, se propone su goce viajero como ejercicio de aprendizaje en el contexto del colegio y la comunidad del barrio; desde apuntes, dibujos y otras posibilidades expresivas. Sabemos que el paisaje percibido resulta de la interacción existente entre el que ve y el entorno y que éste sugiere marcas y trazas, ritornelos y miradas críticas donde se escoge, organiza y cambia el sentido de lo visto. Cada individuo es creador y lleva dentro de sí su propia imagen o apreciación del paisaje, que vuelve a germinar en el momento en que lo observan otros espectadores.
El paisaje también es la preocupación de Yeshua David Hayoma que con Apropiación y Delimitación de Proyecciones, propone una mirada atenta al reflejo inscrito en la sombra de las cosas, los objetos y las personas. El dibujo es la herramienta para la reflexión sobre el lugar, sobre lo propio y lo foráneo. Los bordes encontrados transitan por territorios abstractos y efímeros en la fugacidad de la luz y el dibujo de la ciudad como paisaje antrópico es delimitada por la línea en pregunta, registrada como memoria de la acción y del tiempo.
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Nos encontramos en un mundo que ha dejado de ser susceptible a la medición, el escrutinio y la búsqueda por lo nuevo, a un mundo del reconocimiento donde tenemos la certeza de haberlo recorrido antes, quizá por intuiciones o múltiples seducciones.
La realidad también aparece fragmentada y acotada, tanto es así
que debemos esforzarnos por traducir y diferenciar constantemente lo que
representa la realidad de lo real y con ella lo natural de lo artístico.
Nuestro mundo intensamente se reconfigura gracias al pensamiento collage –bricolaje donde cobra importancia ideas como la del montaje, la
repetición, cuya pretensión sobre la noción de espacio depende de la relación
espacio y tiempo específico. En otras palabras, el mundo y con él el arte, devienen
símbolos entrecortados dispuestos en diferentes nociones y maneras de
apropiación como juegos de objetivación de lo subjetivo, lo que dimos en llamar
“estar en situación”.
El artista cambia drásticamente su rol demiúrgico heredero del
siglo XIX por otro de conector, con la intención de reconocer contextos para
instaurar, dejar caer, lanzar, una obra de arte construida, no desde lo bruto,
sino desde lo ya informado, desde lo ya creado.
La obra, ajena a la angustia por alcanzar lo nuevo y original, usa
la difusión como un medio contundente que , dicho sea de paso, la instaura en
el efecto simbólico contemporáneo por nuevas globalizaciones.
En el espacio expositivo las obras generan un diálogo en torno a
diferentes preocupaciones que van de la latencia de lo humano trascendido en lo
poético hasta intuiciones fuertes sobre lo cotidiano, lo político , el
posconflicto y la visualidad acechada.
GLADYS MÉNDEZ/ SIN HUELLA
En Colombia, bajo la sedación de los medios y la creencia popular
acerca de una violencia merecida que , por lo general, le toca al otro por
algún tipo de destino prejuicioso, la artista nacida en Barrancabermeja logra
transitar los abusos estéticos y artísticos provenientes de la moda por
“conseguir” un tema comprometido políticamente como aparato de creación, hacia
la configuración de una obra cerámica reposada y cautelosa que sabe sacar
provecho de herencias desafortunadas para hablar de lo cotidiano
guerra-rio-muerte sin caer en la caricatura o el clisé.
OSWALDO BARRETO Y ANNIE
VAZQUEZ / TODOS AL MATADERO O SIRVAMOS LA MESA PARA ANTROPOFAGONIZARNOS
La obra plantea una crítica hacia los modelos
hegemónicos del capital desde un rescate de imágenes egregias vinculadas a
valores de identidades nacionales. En la instalación se nota un interés por
usar de forma simbólica la imagen del animal desde concepciones herederas del
pensamiento judeo cristiano (cordero evangélico del bien/ el lobo alegoría del
mal). La fragilidad del soporte y cuerpo de obra reitera su intención
contradictoria propia de tensiones opuestas en constante creación y
destrucción.
EDUARDO ESTUPIÑAN/ DE LA HABANA VIENE UN BARCO CARGADO DE????
Con la conquista de los continentes se puso en
circulación el dinero como único valor de intercambio hasta nuestra época del
triunfo de su globalización. Con el capital la cultura significa apenas una
estrategia más para su hegemonía, entonces urge la necesidad de desafiar el
orden geopolítico propio de nuestra realidad dependiente y abusiva donde el
héroe se tergiversa en múltiples lecturas. Entonces surge una obra cargada y
comprometida con una determinada imagen de mundo, circulación y consecuencias
sociales: la instalación en verdad produce e instala el concepto de lo
vertiginoso, la última ironía y la pretensión amnésica sobre memorias endémicas
e inmediatas.
ANA CRISTINA ZULETA/ PENDIENTE
La obra alude a un instante anterior de lo
natural cargado de alegorías de nacimientos y formas, cuya escatología exuda
ficciones organicistas, ecos de recorridos y ruidos cerámicos, donde lo
escultórico se presenta como negación del monumento, de lo egregio y busca en
lo mínimo la forma expandida dentro de una espacialidad igualmente determinada
por la fábula.
MARIO PILONIETA/ ¿HABRÁ MADUROS PARA RATO?
Nuestra memoria inmediatista objeto de picnolepsias constantes ha
sido materia de trabajo de la obra de Pilonieta cuando echa mano del
acontecimiento grotesco y deforme de nuestra historia económica política con el
ánimo de proponernos incomodas situaciones de encuentro tristemente
reactualizadas por los viejos nuevos problemas de un país saqueado y victima de
nosotros mismos, república de la banana y el confuso paisaje cultural.
ARNULFO MEDINA/MOYAS
El azar, de mano de la fortuna y en últimas, de la suerte, estimula el gesto de la participación tras una definición relacional donde la obra sirve de interacción entre públicos a través de la dinámica del juego, que deja abierta la pregunta sobre ¿dónde hay arte? todo ello desde procesos de creación inscritos en la reelaboración, uso de seudo ciencias, espacios axiomáticos y expectativas memoristicas cargadas de fisuras dirigidas hacia conceptos difusos de identidad.
XV Salones Regionales - Zona Oriente - Artistas Colombianos.
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